14.-Nuestros alumnos
PERFIL DEL ALUMNO QUE QUEREMOS FORMAR
1. Fe y Espiritualidad
Pretendemos en el Colegio Notre Dame educar alumnos fieles a los valores y principios evangélicos, cuyo principal modelo de vida sea el de Jesús. Por ello, creemos fundamental el desarrollo del principio de la lealtad, que no es otra cosa que el apego irrestricto y absoluto a la verdad como centro de su espiritualidad y crecimiento. No se trata sólo de que conozca el mensaje evangélico –asunto imprescindible en un colegio de Iglesia-, sino que lo haga vida, en cada uno de los actos de su existencia.
Al igual que otros factores, el desarrollo de la fe se da de acuerdo a las etapas de su crecimiento. Para ello, es fundamental la vivencia de los sacramentos en el colegio, a través de la liturgia y los ritos propios de la Iglesia Católica, a la cual nuestro estudiante se siente vinculado, integrado e identificado activamente, como protagonista de un mensaje divino: la construcción del Reino de Dios en la tierra.
Se espera, además, de un muchacho de este colegio que encarne los valores propuestos en la Ley Scout.
Como niño o joven ligado a los principios evangélicos, el muchacho del Notre Dame es fiel, transparente, solidario, generoso, sencillo, servicial y abierto a incorporarse a la sociedad de modo crítico y constructivo. Por lo tanto, enfrenta las crisis, desilusiones y fracasos con un sentido providencial.
PERFIL DEL ALUMNO QUE QUEREMOS FORMAR
1. Fe y Espiritualidad
Pretendemos en el Colegio Notre Dame educar alumnos fieles a los valores y principios evangélicos, cuyo principal modelo de vida sea el de Jesús. Por ello, creemos fundamental el desarrollo del principio de la lealtad, que no es otra cosa que el apego irrestricto y absoluto a la verdad como centro de su espiritualidad y crecimiento. No se trata sólo de que conozca el mensaje evangélico –asunto imprescindible en un colegio de Iglesia-, sino que lo haga vida, en cada uno de los actos de su existencia.
Al igual que otros factores, el desarrollo de la fe se da de acuerdo a las etapas de su crecimiento. Para ello, es fundamental la vivencia de los sacramentos en el colegio, a través de la liturgia y los ritos propios de la Iglesia Católica, a la cual nuestro estudiante se siente vinculado, integrado e identificado activamente, como protagonista de un mensaje divino: la construcción del Reino de Dios en la tierra.
Se espera, además, de un muchacho de este colegio que encarne los valores propuestos en la Ley Scout.
Como niño o joven ligado a los principios evangélicos, el muchacho del Notre Dame es fiel, transparente, solidario, generoso, sencillo, servicial y abierto a incorporarse a la sociedad de modo crítico y constructivo. Por lo tanto, enfrenta las crisis, desilusiones y fracasos con un sentido providencial.
2. Madurez de acuerdo a su etapa de desarrollo
Como señalábamos recientemente, el estudiante del colegio Notre Dame vive cada proceso de su crecimiento de acuerdo a lo que corresponde a su etapa de desarrollo. No deseamos adelantar procesos, sino que cada individuo madure de acuerdo a su crecimiento intelectual, afectivo, volitivo, psicológico y psicomotriz.
El objetivo final es que de nuestro colegio egresen muchachos autónomos como personas, en un proceso gradual; que sean capaces de utilizar bien su libertad, al servicio de los otros; seguros de sí mismos y conocedores de su persona, con sus virtudes, talentos, y limitaciones, y conocedor de sus intereses, capacidades, habilidades y destrezas; con una autoestima positiva e idealista.
Como señalábamos recientemente, el estudiante del colegio Notre Dame vive cada proceso de su crecimiento de acuerdo a lo que corresponde a su etapa de desarrollo. No deseamos adelantar procesos, sino que cada individuo madure de acuerdo a su crecimiento intelectual, afectivo, volitivo, psicológico y psicomotriz.
El objetivo final es que de nuestro colegio egresen muchachos autónomos como personas, en un proceso gradual; que sean capaces de utilizar bien su libertad, al servicio de los otros; seguros de sí mismos y conocedores de su persona, con sus virtudes, talentos, y limitaciones, y conocedor de sus intereses, capacidades, habilidades y destrezas; con una autoestima positiva e idealista.
3. Capacidad de enfrentar situaciones
En el colegio Notre Dame creemos firmemente en el desarrollo del carácter, que es la capacidad de superación del uno mismo, el no rendirse, la tenacidad en la misión, en las acciones y tareas que acomete. Por eso, decimos que el alumno del colegio Notre Dame es altamente resiliente; es decir que frente a la dificultad tiene la tenacidad y el esfuerzo para salir adelante, no dejándose vencer por las circunstancias.
Para ello, generamos instancias para que nuestros alumnos desarrollen la iniciativa y la capacidad creativa como medio de resolución de problemas. Esto da como fruto que, nuestros muchachos sean exigentes consigo mismos y aporten al enfrentar una dificultad, siendo capaces de trabajar en equipo, ayudar a otros y de solicitar asistencia.
En el colegio Notre Dame creemos firmemente en el desarrollo del carácter, que es la capacidad de superación del uno mismo, el no rendirse, la tenacidad en la misión, en las acciones y tareas que acomete. Por eso, decimos que el alumno del colegio Notre Dame es altamente resiliente; es decir que frente a la dificultad tiene la tenacidad y el esfuerzo para salir adelante, no dejándose vencer por las circunstancias.
Para ello, generamos instancias para que nuestros alumnos desarrollen la iniciativa y la capacidad creativa como medio de resolución de problemas. Esto da como fruto que, nuestros muchachos sean exigentes consigo mismos y aporten al enfrentar una dificultad, siendo capaces de trabajar en equipo, ayudar a otros y de solicitar asistencia.
4. Sentido de equipo, convivencia y trabajo con otros
Como quedó dicho, el estudiante de nuestro colegio es colaborador y capaz de trabajar en equipo. Esto sucede gracias a que se le ha hecho aflorar un sentido de fraternidad y empatía con el prójimo. Por ello, es participativo, generador de ideas y emprendedor esforzado de las tareas que se le encomiendan. Construye comunidad y está abierto a conocer a más personas. Por otra parte, él comprende que la creación cultural se da entre gente de diferentes características, facilitando la integración social.
Frente a la convivencia actúa en forma positiva, facilitando la comunicación y el encuentro en el diálogo, manifestar sus propias ideas, comprender posiciones antagónicas e ideas contrarias a las propias, en un clima de tolerancia y respeto.
5. Crecimiento formativo, aprendizaje y cultura
En el Colegio Notre Dame buscamos la formación de un individuo que se desarrolla en distintos aspectos, sin descuidar un área por favorecer otra. Así, los estudiantes de nuestro colegio debieran crecer en forma holística, total, equilibrada, cuidando tanto los aspectos del saber cognoscitivo como en el dominio afectivo, volitivo y psicomotriz. Para lograr esto es fundamental el respetar los procesos de crecimiento, el manejo de las emociones, la fuerza de voluntad (carácter), el conocimiento del cuerpo y la formación cultural, entre otras.
En relación con lo último indicado, es importante señalar que el estudiante de este colegio valora la cultura como un elemento vivo y dinámico en el cual él tiene participación. Él se siente cocreador de mundo; su pensamiento y vivencias deben ser parte del proceso educativo. No es importante sólo que el muchacho aprenda algo, sino también que lo aprehenda, lo incorpore a su propia realidad, en forma crítica y activa. En nuestro colegio el muchacho se siente protagonista de su propio aprendizaje.
Por ende, el alumno de este colegio va desarrollando las habilidades del pensamiento. Es decir, la capacidad de enfrentar y resolver problemas, relacionar hechos y valorarlos, hacer meta cognición, analizar y sintetizar, en vista de tomar decisiones autónomas y libres.
Para alcanzar lo propuesto, es necesario el aprendizaje de métodos de estudio facilitadores del aprendizaje y de formas de programación del tiempo y el trabajo. El muchacho, además, luego de realizar una actividad, debe saber y acostumbrarse a evaluar sus acciones y el resultado de éstas.
Acorde con nuestro pensamiento de desarrollo íntegro del alumno, el muchacho del Notre Dame domina métodos y técnicas propios de la ciencia, el arte y el deporte, siendo riguroso en su trabajo personal.
A través del estudio, del conocimiento y de la síntesis personal de la cultura, el alumno es capaz de crear proyectos, descubrir su viabilidad, formular objetivos y metas, motivar la participación de terceros, buscar los medios físicos e intelectuales para llevarlos a cabo, sintetizar los resultados y evaluar tanto la calidad de lo efectuado como del trabajo personal, todo ello en forma rigurosa.
Como dijimos anteriormente, el muchacho de nuestro colegio se conoce a sí mismo y, por lo tanto, sabe incorporarse en el mundo aprovechando sus talentos personales, aunque esforzándose en adquirir también conocimientos de aquello que no le es fácil, que se aleja de sus intereses o frente a lo cual tiene menos aptitudes.
En el proceso comunicativo, el alumno del Notre Dame debe saber expresarse en los diversos niveles comunicativos adaptándose a la situación en que se encuentre. Es decir, que sepa escuchar, hablar en público y coloquialmente, escribiendo e interpretando distintos tipos de textos, tanto como el lenguaje no verbal.
6. Sentido de disciplina personal
Ya mencionamos anteriormente que el alumno del colegio Notre Dame debe desarrollar paulatinamente, de acuerdo a su etapa de desarrollo, el carácter. Para ello, es imprescindible que él se sienta responsable de las obligaciones asumidas y de sus propios actos. Es fundamental que descubra las consecuencias, tanto positivas como negativas, de aquello que realiza.
El muchacho de nuestro colegio debe manejar su voluntad, y por tanto, puede resolver sus estados de ánimo conflictivos sobre esa base, ejerciendo el control sobre sí mismo y sus emociones.
El alumno del colegio debe asumir el respeto y cuidado de su cuerpo y vivenciar su fraternidad a través de la preocupación por las necesidades de los demás.
15.-Nuestros profesores
Como quedó dicho, el estudiante de nuestro colegio es colaborador y capaz de trabajar en equipo. Esto sucede gracias a que se le ha hecho aflorar un sentido de fraternidad y empatía con el prójimo. Por ello, es participativo, generador de ideas y emprendedor esforzado de las tareas que se le encomiendan. Construye comunidad y está abierto a conocer a más personas. Por otra parte, él comprende que la creación cultural se da entre gente de diferentes características, facilitando la integración social.
Frente a la convivencia actúa en forma positiva, facilitando la comunicación y el encuentro en el diálogo, manifestar sus propias ideas, comprender posiciones antagónicas e ideas contrarias a las propias, en un clima de tolerancia y respeto.
5. Crecimiento formativo, aprendizaje y cultura
En el Colegio Notre Dame buscamos la formación de un individuo que se desarrolla en distintos aspectos, sin descuidar un área por favorecer otra. Así, los estudiantes de nuestro colegio debieran crecer en forma holística, total, equilibrada, cuidando tanto los aspectos del saber cognoscitivo como en el dominio afectivo, volitivo y psicomotriz. Para lograr esto es fundamental el respetar los procesos de crecimiento, el manejo de las emociones, la fuerza de voluntad (carácter), el conocimiento del cuerpo y la formación cultural, entre otras.
En relación con lo último indicado, es importante señalar que el estudiante de este colegio valora la cultura como un elemento vivo y dinámico en el cual él tiene participación. Él se siente cocreador de mundo; su pensamiento y vivencias deben ser parte del proceso educativo. No es importante sólo que el muchacho aprenda algo, sino también que lo aprehenda, lo incorpore a su propia realidad, en forma crítica y activa. En nuestro colegio el muchacho se siente protagonista de su propio aprendizaje.
Por ende, el alumno de este colegio va desarrollando las habilidades del pensamiento. Es decir, la capacidad de enfrentar y resolver problemas, relacionar hechos y valorarlos, hacer meta cognición, analizar y sintetizar, en vista de tomar decisiones autónomas y libres.
Para alcanzar lo propuesto, es necesario el aprendizaje de métodos de estudio facilitadores del aprendizaje y de formas de programación del tiempo y el trabajo. El muchacho, además, luego de realizar una actividad, debe saber y acostumbrarse a evaluar sus acciones y el resultado de éstas.
Acorde con nuestro pensamiento de desarrollo íntegro del alumno, el muchacho del Notre Dame domina métodos y técnicas propios de la ciencia, el arte y el deporte, siendo riguroso en su trabajo personal.
A través del estudio, del conocimiento y de la síntesis personal de la cultura, el alumno es capaz de crear proyectos, descubrir su viabilidad, formular objetivos y metas, motivar la participación de terceros, buscar los medios físicos e intelectuales para llevarlos a cabo, sintetizar los resultados y evaluar tanto la calidad de lo efectuado como del trabajo personal, todo ello en forma rigurosa.
Como dijimos anteriormente, el muchacho de nuestro colegio se conoce a sí mismo y, por lo tanto, sabe incorporarse en el mundo aprovechando sus talentos personales, aunque esforzándose en adquirir también conocimientos de aquello que no le es fácil, que se aleja de sus intereses o frente a lo cual tiene menos aptitudes.
En el proceso comunicativo, el alumno del Notre Dame debe saber expresarse en los diversos niveles comunicativos adaptándose a la situación en que se encuentre. Es decir, que sepa escuchar, hablar en público y coloquialmente, escribiendo e interpretando distintos tipos de textos, tanto como el lenguaje no verbal.
6. Sentido de disciplina personal
Ya mencionamos anteriormente que el alumno del colegio Notre Dame debe desarrollar paulatinamente, de acuerdo a su etapa de desarrollo, el carácter. Para ello, es imprescindible que él se sienta responsable de las obligaciones asumidas y de sus propios actos. Es fundamental que descubra las consecuencias, tanto positivas como negativas, de aquello que realiza.
El muchacho de nuestro colegio debe manejar su voluntad, y por tanto, puede resolver sus estados de ánimo conflictivos sobre esa base, ejerciendo el control sobre sí mismo y sus emociones.
El alumno del colegio debe asumir el respeto y cuidado de su cuerpo y vivenciar su fraternidad a través de la preocupación por las necesidades de los demás.
15.-Nuestros profesores
EL EDUCADOR ANIMADOR DEL NOTRE DAME
1. Modelaje como forma de aprendizaje.
Siendo el Notre Dame un Colegio de la Iglesia, se espera del profesor que encarne y adhiera a la Persona de Nuestro Señor Jesucristo y los valores presentes en su Evangelio y además que el profesor, siendo modelo para los alumnos, también pretenda imitar desde su perspectiva de maestro esa figura. Por lo tanto, es esperable en el profesor alguien que educa desde el amor y la consecuencia de sus actos, con los valores que promueve el mensaje evangélico.
Es así que, el educador del Notre Dame no sólo debe dominar los conocimientos que imparte, sino que también debe educar en el proceso de crecimiento espiritual de sus alumnos.
Así, el profesor del colegio enfrenta la educación de sus alumnos con alegría, buscando el desarrollo pleno de los muchachos.
Siendo el Notre Dame un Colegio de la Iglesia, se espera del profesor que encarne y adhiera a la Persona de Nuestro Señor Jesucristo y los valores presentes en su Evangelio y además que el profesor, siendo modelo para los alumnos, también pretenda imitar desde su perspectiva de maestro esa figura. Por lo tanto, es esperable en el profesor alguien que educa desde el amor y la consecuencia de sus actos, con los valores que promueve el mensaje evangélico.
Es así que, el educador del Notre Dame no sólo debe dominar los conocimientos que imparte, sino que también debe educar en el proceso de crecimiento espiritual de sus alumnos.
Así, el profesor del colegio enfrenta la educación de sus alumnos con alegría, buscando el desarrollo pleno de los muchachos.
2. Comunicación, expresión y participación
Es importante en nuestro colegio que el profesor participe de las actividades que se organizan y no que sea sólo una persona que aparece en los momentos de impartir un subsector de aprendizaje. El alumno del colegio ha aprendido a valorar esta participación y la convivencia con sus profesores.
Por otra parte, se entiende que el maestro de nuestro colegio es un buen comunicador, sabiendo hablar y escuchar a sus alumnos, respetando sus opiniones, aportando a la reflexión y entregando elementos de juicio, valorando la opinión de los muchachos sin transar en los valores propuestos. Tiene un conocimiento profundo y vital en sicología evolutiva, sabe interpretar las cargas afectivas que conllevan los gestos de niños y muchachos y dar respuesta a las reales necesidades de éstos. El profesor del colegio debe centrar su atención en la expresión de los alumnos, sabiendo los fundamentos psicológicos, sociológicos y pedagógicos que subyacen en ello.
El educador se preocupa se preocupa de conocer a cada uno de sus estudiantes: su historia personal, sus circunstancias y motivaciones, para desde ese conocimiento facilitar el aprendizaje de conocimientos, conductas, habilidades y destrezas que lleven al crecimiento personal.
Además, el maestro diseña sus unidades de aprendizaje pensando en el fomento cultural, la expresión y participación de los alumnos.
El maestro debe ser una persona activa y participativa, con una clara conciencia de su labor y del valor de la expresión.
Es importante en nuestro colegio que el profesor participe de las actividades que se organizan y no que sea sólo una persona que aparece en los momentos de impartir un subsector de aprendizaje. El alumno del colegio ha aprendido a valorar esta participación y la convivencia con sus profesores.
Por otra parte, se entiende que el maestro de nuestro colegio es un buen comunicador, sabiendo hablar y escuchar a sus alumnos, respetando sus opiniones, aportando a la reflexión y entregando elementos de juicio, valorando la opinión de los muchachos sin transar en los valores propuestos. Tiene un conocimiento profundo y vital en sicología evolutiva, sabe interpretar las cargas afectivas que conllevan los gestos de niños y muchachos y dar respuesta a las reales necesidades de éstos. El profesor del colegio debe centrar su atención en la expresión de los alumnos, sabiendo los fundamentos psicológicos, sociológicos y pedagógicos que subyacen en ello.
El educador se preocupa se preocupa de conocer a cada uno de sus estudiantes: su historia personal, sus circunstancias y motivaciones, para desde ese conocimiento facilitar el aprendizaje de conocimientos, conductas, habilidades y destrezas que lleven al crecimiento personal.
Además, el maestro diseña sus unidades de aprendizaje pensando en el fomento cultural, la expresión y participación de los alumnos.
El maestro debe ser una persona activa y participativa, con una clara conciencia de su labor y del valor de la expresión.
3. Integración y pertenencia a grupos humanos
Ya en el punto anterior nos referimos a la importancia de que el profesor participe de la vida social del colegio. Esto es fundamental ya que él sabe la importancia del valor educativo de la convivencia gregaria para formar lazos y facilitar actitudes cooperativas, solidarias y complementarias entre los alumnos.
Por eso, también el profesor debe dominar diversos sistemas de trabajo e integración colectiva, debe conocer las leyes naturales y culturales que regulan la interacción grupal, debe manejar conocimientos sobre la forma de comunicación, el tipo de lenguaje y los códigos utilizados por los jóvenes y aprovecharlos en mejorar la calidad comunicativa de los muchachos. Él sabe que el ser humano enriquece su crecimiento personal a través de una vida grupal comprometida intensamente.
Por ello, el diseño de su acción curricular debe incorporar trabajos colectivos, en los cuales puedan tomarse decisiones a partir de diversas vivencias y formas de ver el mundo. Así, es imprescindible también que el maestro domine metodologías de trabajo en grupo, buscando la expresión y participación de todos los alumnos, así como la adecuada valoración del trabajo. Debe conocer el aporte de cada quién en la elaboración de un determinado labor.
Además, el profesor debe participar y compartir con sus alumnos –niños y jóvenes- desde su perspectiva de adulto y guía en la formación. Para ello, sabe que la principal herramienta es el diálogo, a través del cual fomenta la capacidad de escuchar, el respeto a las ideas del otro, el trabajo en equipo y la creación colectiva. Esto, por supuesto, sabiendo respetar la etapa evolutiva de sus alumnos. En definitiva, sabe cómo comunicarse con niños y con jóvenes.
Ya en el punto anterior nos referimos a la importancia de que el profesor participe de la vida social del colegio. Esto es fundamental ya que él sabe la importancia del valor educativo de la convivencia gregaria para formar lazos y facilitar actitudes cooperativas, solidarias y complementarias entre los alumnos.
Por eso, también el profesor debe dominar diversos sistemas de trabajo e integración colectiva, debe conocer las leyes naturales y culturales que regulan la interacción grupal, debe manejar conocimientos sobre la forma de comunicación, el tipo de lenguaje y los códigos utilizados por los jóvenes y aprovecharlos en mejorar la calidad comunicativa de los muchachos. Él sabe que el ser humano enriquece su crecimiento personal a través de una vida grupal comprometida intensamente.
Por ello, el diseño de su acción curricular debe incorporar trabajos colectivos, en los cuales puedan tomarse decisiones a partir de diversas vivencias y formas de ver el mundo. Así, es imprescindible también que el maestro domine metodologías de trabajo en grupo, buscando la expresión y participación de todos los alumnos, así como la adecuada valoración del trabajo. Debe conocer el aporte de cada quién en la elaboración de un determinado labor.
Además, el profesor debe participar y compartir con sus alumnos –niños y jóvenes- desde su perspectiva de adulto y guía en la formación. Para ello, sabe que la principal herramienta es el diálogo, a través del cual fomenta la capacidad de escuchar, el respeto a las ideas del otro, el trabajo en equipo y la creación colectiva. Esto, por supuesto, sabiendo respetar la etapa evolutiva de sus alumnos. En definitiva, sabe cómo comunicarse con niños y con jóvenes.
4- Promoción del desarrollo personal de los alumnos en diversos espacios educativos
Para el profesor del Colegio Notre Dame es imprescindible que su acción educativa vincule a los muchachos en la toma de contacto con su propia realidad. Se educa desde aquello que tiene real significado para ellos, desde la propia cultura, desde los núcleos sociales a los que el alumno pertenece (civilización occidental, latino americanismo, concepto de patria, entorno urbano y de barrio, colegio, núcleos familiares y de amigos, etc.) Para esto, es importante que el profesor maneje los fundamentos psicológicos de lo dicho anteriormente. Es decir, es fundamental desde la educación crear un sentimiento de pertenencia y de identidad cultural.
Para lograr lo anterior, es adecuado el incorporar aprendizajes no sólo desde la sala de clases, sino también desde diversos entornos físicos. Por eso, debe dominar técnicas de observación y experimentación en trabajos de terreno, las que debe transmitir a sus alumnos, en un claro afán investigador. Esto nace de un principio pedagógico asumido por el scoutismo de “el aprender haciendo”, que se refuerza en el proceso de reforma educacional, actualmente en aplicación. Junto con ello, debe manejar técnicas de comunicación que capaciten al muchacho para ponerse en contacto con personas que favorezcan el aprendizaje en distintos ámbitos. El profesor sabe que una visión diferente de un determinado factor enriquece el desarrollo de los muchachos, por lo que incentivará el encuentro con expertos en diversas materias.
5- Capacidad de establecer relaciones facilitadoras de la comunicación
El profesor del Colegio Notre Dame sabe que su labor no es individual, sino que debe trabajar en conjunto con los otros educadores en pos de la realización de un mejor desempeño profesional, el complemento, la asesoría y evaluación del trabajo. También es fundamental que los profesores trabajen en un clima de amistad y respeto mutuo.
Por otra parte, es importante señalar que el profesor del colegio tiene una visión optimista frente al desarrollo de la actividad humana, especialmente de sus alumnos. Él genera espacios que permitan un ambiente de confianza , sobre todo en la relación con niños y jóvenes.
La interacción que el profesor mantiene con sus alumnos es la de una buena amistad, que, manteniendo los roles de educador y educando, ayuda al crecimiento de ambos, dándole especial importancia a aquellos muchachos con los que es más difícil la comunicación o con aquellos cuya respuesta es más débil o pasiva. El profesor tiene como misión tratar de revertir, con la aceptación del otro y el cariño, las conductas inapropiadas o conflictivas.
Para lograr lo anteriormente descrito, es necesario que el profesor tenga un necesario control de sus emociones, que le permita apoyar a los alumnos, que a menudo asumen comportamientos inestables, propios de la niñez y la adolescencia.
Además, el profesor es un facilitador de las comunicaciones de los alumnos entre ellos, con otros profesores y con los padres.
6- Responsabilidad de la propia vocación en la formación de los alumnos
El profesor del colegio tiene claro su propio proyecto de vida, sabiendo que la educación es un proceso continuo que nunca se termina de crecer o de aprender. Por ello, puede también comprender la importancia para un niño o joven de la creación de un proyecto personal de vida, que se va formando de acuerdo a la etapa de desarrollo de los alumnos. Debe apoyar el descubrimiento vocacional (llamado, desde la autorrealización, al servicio) de cada uno, desde las perspectivas personales y el autoconocimiento.
A través de su raciocinio, debe enseñar a los alumnos a pensar críticamente, para la creación de un mundo que vaya perfeccionándose. Por ello, también, entrega a sus alumnos, progresiva y sistemáticamente, responsabilidades para que puedan asumir su propia educación en libertad.
Así, el profesor debe transformarse cada día en un hombre nuevo, con una actitud nueva, en crecimiento permanente, y que sabe que su mensaje educativo de cualquier tipo o dimensión del conocimiento, tiene que ver con la buena nueva.
Para lograr esto, es necesario que asuma la importancia de su presencia entre los jóvenes tanto cualitativa como cuantitativamente.
Además, el profesor debe saber que su verdad no es la verdad absoluta, sino sólo una parte, y que su mensaje parcial debe llevar a un mensaje global que lo trasciende.
7- Compromiso con el logro de la felicidad de los demás
Al ser éste un colegio de Iglesia, postulamos la necesidad de que el profesor viva su relación con los otros en torno a los principios evangélicos.. El maestro busca que los demás puedan realizarse plenamente. Por eso, es necesario que pueda entregarse a los otros por amor, desde sus propias vivencias, enseñando a vivir en un mundo solidario, haciendo vida el valor de la fraternidad como uno de los ejes de la pedagogía del colegio. En este sentido, especial importancia adquieren, al respecto, las relaciones amables que establezca con los otros educadores, con los niños y jóvenes y sus padres.
Además, es fundamental el desarrollo educativo sobre la base del Magisterio y la doctrina social de la Iglesia, fomentando en los alumnos una actitud de servicio hacia los más necesitados, a través de acciones concretas.
Promovemos que cada profesor sea una fuerza integradora que lo lleve a animar y cohesionar grupos de trabajo, sean estos de educadores, alumnos o padres.
16.-Nuestros padres y apoderados
Para el profesor del Colegio Notre Dame es imprescindible que su acción educativa vincule a los muchachos en la toma de contacto con su propia realidad. Se educa desde aquello que tiene real significado para ellos, desde la propia cultura, desde los núcleos sociales a los que el alumno pertenece (civilización occidental, latino americanismo, concepto de patria, entorno urbano y de barrio, colegio, núcleos familiares y de amigos, etc.) Para esto, es importante que el profesor maneje los fundamentos psicológicos de lo dicho anteriormente. Es decir, es fundamental desde la educación crear un sentimiento de pertenencia y de identidad cultural.
Para lograr lo anterior, es adecuado el incorporar aprendizajes no sólo desde la sala de clases, sino también desde diversos entornos físicos. Por eso, debe dominar técnicas de observación y experimentación en trabajos de terreno, las que debe transmitir a sus alumnos, en un claro afán investigador. Esto nace de un principio pedagógico asumido por el scoutismo de “el aprender haciendo”, que se refuerza en el proceso de reforma educacional, actualmente en aplicación. Junto con ello, debe manejar técnicas de comunicación que capaciten al muchacho para ponerse en contacto con personas que favorezcan el aprendizaje en distintos ámbitos. El profesor sabe que una visión diferente de un determinado factor enriquece el desarrollo de los muchachos, por lo que incentivará el encuentro con expertos en diversas materias.
5- Capacidad de establecer relaciones facilitadoras de la comunicación
El profesor del Colegio Notre Dame sabe que su labor no es individual, sino que debe trabajar en conjunto con los otros educadores en pos de la realización de un mejor desempeño profesional, el complemento, la asesoría y evaluación del trabajo. También es fundamental que los profesores trabajen en un clima de amistad y respeto mutuo.
Por otra parte, es importante señalar que el profesor del colegio tiene una visión optimista frente al desarrollo de la actividad humana, especialmente de sus alumnos. Él genera espacios que permitan un ambiente de confianza , sobre todo en la relación con niños y jóvenes.
La interacción que el profesor mantiene con sus alumnos es la de una buena amistad, que, manteniendo los roles de educador y educando, ayuda al crecimiento de ambos, dándole especial importancia a aquellos muchachos con los que es más difícil la comunicación o con aquellos cuya respuesta es más débil o pasiva. El profesor tiene como misión tratar de revertir, con la aceptación del otro y el cariño, las conductas inapropiadas o conflictivas.
Para lograr lo anteriormente descrito, es necesario que el profesor tenga un necesario control de sus emociones, que le permita apoyar a los alumnos, que a menudo asumen comportamientos inestables, propios de la niñez y la adolescencia.
Además, el profesor es un facilitador de las comunicaciones de los alumnos entre ellos, con otros profesores y con los padres.
6- Responsabilidad de la propia vocación en la formación de los alumnos
El profesor del colegio tiene claro su propio proyecto de vida, sabiendo que la educación es un proceso continuo que nunca se termina de crecer o de aprender. Por ello, puede también comprender la importancia para un niño o joven de la creación de un proyecto personal de vida, que se va formando de acuerdo a la etapa de desarrollo de los alumnos. Debe apoyar el descubrimiento vocacional (llamado, desde la autorrealización, al servicio) de cada uno, desde las perspectivas personales y el autoconocimiento.
A través de su raciocinio, debe enseñar a los alumnos a pensar críticamente, para la creación de un mundo que vaya perfeccionándose. Por ello, también, entrega a sus alumnos, progresiva y sistemáticamente, responsabilidades para que puedan asumir su propia educación en libertad.
Así, el profesor debe transformarse cada día en un hombre nuevo, con una actitud nueva, en crecimiento permanente, y que sabe que su mensaje educativo de cualquier tipo o dimensión del conocimiento, tiene que ver con la buena nueva.
Para lograr esto, es necesario que asuma la importancia de su presencia entre los jóvenes tanto cualitativa como cuantitativamente.
Además, el profesor debe saber que su verdad no es la verdad absoluta, sino sólo una parte, y que su mensaje parcial debe llevar a un mensaje global que lo trasciende.
7- Compromiso con el logro de la felicidad de los demás
Al ser éste un colegio de Iglesia, postulamos la necesidad de que el profesor viva su relación con los otros en torno a los principios evangélicos.. El maestro busca que los demás puedan realizarse plenamente. Por eso, es necesario que pueda entregarse a los otros por amor, desde sus propias vivencias, enseñando a vivir en un mundo solidario, haciendo vida el valor de la fraternidad como uno de los ejes de la pedagogía del colegio. En este sentido, especial importancia adquieren, al respecto, las relaciones amables que establezca con los otros educadores, con los niños y jóvenes y sus padres.
Además, es fundamental el desarrollo educativo sobre la base del Magisterio y la doctrina social de la Iglesia, fomentando en los alumnos una actitud de servicio hacia los más necesitados, a través de acciones concretas.
Promovemos que cada profesor sea una fuerza integradora que lo lleve a animar y cohesionar grupos de trabajo, sean estos de educadores, alumnos o padres.
16.-Nuestros padres y apoderados
Perfil del padre y apoderado del Colegio Notre Dame
1. Adhesión a los principios que motivan al Colegio
Suponemos en el padre que se incorpora a nuestra comunidad la adhesión a los principios que orientan y mueven la acción del colegio. En definitiva, deseamos que la educación impartida desde él, esté en concordancia con la que se entregue en el hogar a los muchachos, ya que los padres son los principales responsables de la educación de los hijos.
Es así como deseamos padres que quieran pensar, sentir, discernir y actuar de acuerdo al Evangelio y en la línea de lo planteado por Jesucristo en las Bienaventuranzas. Todo esto, desde una institución que se define en pastoral, en la que Cristo es fundamento y en la que todo el accionar está relacionado con su presencia y mensaje.
Los padres que tienen en el colegio a sus hijos deben respetar la orientación religiosa de éste, aceptando y comprometiendo su participación en las acciones litúrgicas y respetando las opciones sacramentales de ellos.
Por lo tanto, deseamos de los padres, madres y apoderados de los alumnos de nuestro colegio el modelaje en los valores aquí propuestos: fraternidad y solidaridad; verdad y lealtad; cortesía y respeto; esfuerzo, carácter y trabajo; responsabilidad y autonomía; servicio, compromiso y participación.
Es fundamental la coherencia entre los principios y el actuar del colegio y la educación desde el hogar. Es así como se les pide a los padres, por un lado, que realicen críticas constructivas en las instancias correspondientes, respecto de cualquier aspecto de la marcha del colegio, en un afán de colaboración y apoyo del proceso de enseñanza-aprendizaje, en diálogo con el profesor jefe y, de ser necesario, con la Dirección, y por otro conocer, creer y confiar en la intencionalidad y capacidad profesional de los educadores de sus hijos.
2. Acompañamiento en el proceso educativo de su hijo
Buscamos en este colegio que los padres se interesen y conozcan el proceso por el cual su hijo va desarrollándose, en relación a su etapa evolutiva. Necesitamos padres que los conozcan, participen y acompañen en distintos aprendizajes y en sus experiencias: en el aprendizaje cognitivo, en la experiencia de vivir valores, en el aprendizaje de actitudes correctas, en el desarrollo de una autoestima positiva, en el crecimiento de su fe y espiritualidad, en el desarrollo afectivo sexual, en el fortalecimiento de los factores de protección frente a los antivalores que coexisten en el entorno socio-cultural, en la generación de espacios de libertad de acuerdo con las diferentes etapas evolutivas de su hijo.
3. Profundización en el conocimiento de su hijo y en las formas de provocar una mejor comunicación
Para que un padre pueda ayudar a su hijo a desarrollarse en la mejor forma, debe conocer vivencialmente las etapas de desarrollo evolutivo por las que atraviesa el muchacho, evitando el quemar etapas, para así poder valorarlo y reconocer sus fortalezas, tanto como descubrir y superar sus limitaciones.
Los muchachos suelen tener conflictos y tienen que aprender a enfrentar sus frustraciones, para lo cual deben sentir que en su hogar existen personas que pueden apoyarlos, a través de estilos de comunicación significativos, por los cuales los niños y jóvenes aprenden a escuchar con empatía y a expresarse con asertividad.
Para la adecuada promoción de seres humanos íntegros es necesario que los padres mantengan una permanente comunicación con el colegio, a través del profesor jefe, mediante entrevistas, uso de la agenda y papeletas, comprendiendo la importancia de esta última como instrumento que sirve al muchacho para autoevaluarse y saber como superarse.
4. Interacción entre padres del colegio
Sabemos que la interacción entre pares promueve la convivencia y el intercambio de vivencias para el propio desarrollo. Es por esto que al Colegio le interesa que los padres periódicamente se reúnan en diferentes actividades (reuniones de curso, festival de la expresión, jornadas de padres, etc.)
A través de estas actividades, los padres dan testimonio de cómo el sentido de familia es el núcleo central de la educación de sus hijos, mediante acciones y palabras, y promueve la comunicación y el diálogo de pareja para enfrentar la realidad de sus hijos, fortaleciendo la unidad familiar.
La instancia máxima de organización de los padres es el Centro de Padres y Apoderados, que realiza actividades que apuntan tanto a la interacción como al apoyo específico en los proyectos de acciones y actividades complementarias al currículo que propone el colegio.
Aporte Dirección del Colegio.